Al llegar recibimos un upgrade sin haber preguntado por el. Habitación impresionante con vistas al Guggenheim. Trato del personal durante toda nuestra estancia impecable.

Había algunos elementos de la habitación que estaban muy deteriorados e incluso rotos. El hotel tiene un diseño único que lo hace muy especial y su ubicación es envidiable ya que se encuentra en la puerta del Museo Guggenheim y ha 1015 minutos del Casco Antiguo y de la zona centro.

El aire acondicionado de la habitación hacía un ruido absolutamente insoportable. No es admisible para un hotel de 5 estrellas. Como la temperatura de la habitación era muy alta, tuvimos que dormir con la ventana abierta con la correspondiente molestia continua por el ruido exterior. Además, al personal de recepción se le "olvidó" comentarnos las ventajas que teníamos en nuestra reserva y tuvimos que ir nosotros a solicitarlas posteriormente. Bonito diseño y perfecta ubicación.

las habitaciones que dan al interior del hotel son caras para lo que ofrecen, una vista al atrio y nada más. deberían especificar más bien el tipo e habitaciones cuando se realiza la reserva, para evitar una decepcion.

Fue muy especial para nuestro aniversario de bodas. Nos cambiaron a una habitación mejor y nos dieron un obsequio. Hotel altamente recomendado y muy bien situado.

Para un hotel de 5, muy baja calidad de la comida. En el desayuno, 1h antes de cerrar, ya no reponen comida. La cafetería-restaurante de la planta calle tiene poca variedad en carta. El personal que atiende los desayunos es poco atento y le falta capacidad a la sala de desayunos. En general, un hotel descuidado para las 5 que refleja. Le sobra la moqueta de las habitaciones.

Justo delante del Guggenheim (vistas espectaculares). A 10 min del casco viejo en agradable paseo a través de la ría o del ensanche. Imposible encontrar algo negativo. Uno de los mejores hoteles en los que he estado. El personal es extremadamente cortés, pero de manera natural y sin fingimientos. Todo fue excelente.

Parking caro. Falta revisión habitaciones por la tarde. Buena ubicación y habitación cómoda con cuarto de baño amplio.

Muchas: Visitar la "Zona del Ensanche", el Museo Guggenheim, el Auditorio, pasear por las orillas de la Ría, el Casco Antiguo, la Gran Vía, el Museo de Bellas Artes,...comer los famosos montaditos de Bilbao, ir a Sidrerías,... Sólo que, para acceder al buffet del desayuno, hay que subir por las escaleras una planta, pues los ascensores no llegan hasta arriba. En caso de ser una persona con discapacidad motórica, puede presentársele cierto problema de movilidad; aunque supongo que de darse el caso, ya lo tendrán organizado para poder llegar sin ningún problema. Cabe destacar el vanguardismo que aflora sólo entrar en el hotel, tanto en la original cascada, así como los butacones de irregulares formas y colores y como no, la destacable columna central del hotel. Todo esto junto a lo histórico y no por eso menos relevante, como es la maqueta del Puente Colgante de Bilbao. En cuanto a la comodidad y limpieza del hotel, se puede decir que es inmejorable, al menos en la habitación que nosotros ocupamos. Y por último, respecto a la profesionalidad del personal la opinión es también muy satisfactoria. Está enfrente mismo del Museo Guggenheim y cerca de todo lo demás que he citado anteriormente. Para desplazarte de un sitio a otro o bien puedes ir a pie, en Metro, con la comodidad que eso conlleva, tranvía, taxi...

Visitar el Guggemheim, las cafeterías del hotel son muy agradables. La estancia ha sido muy agradable, las vistas de la terraza son fantásticas, sólo por ellas ya merece la pena. Está muy bien comunicado. Excelente el diseño y la decoración

deberían de tener precios especiales a los residentes en vizcaya (como otros hoteles) para que sirva tambien de publicidad, de dentro hacia fuera. Por ejemplo para indicar o facilitar a visitantes de residentes de bilbao este establecimiento.

buena habitacion, vistas, decoracion, mobiliario y comida.