El hammam, baño árabe o baño turco recupera una tradición milenaria ofreciendo un nuevo concepto de baño, centrado en el cuidado
general del cuerpo y, conservando la atmósfera sosegada y el refinamiento sencillo heredado de Al-Ándalus. El hammam incluye la limpieza de cuerpo, mente y el disfrute de un excelente estado de
relajación. Por extensión se denominan igualmente así, los edificios en los que estos se encontraban y cuya estructura respondía a las distintas estancias que precisa el proceso del baño.
El recorrido por el hammam es a gusto del cliente. Sin embargo, aconsejamos realizar el siguiente recorrido:
• Comenzar con una ducha de agua templada y de ahí pasar a la sala templada (36º) con el fin de mantener el inicio de la sesión a la misma temperatura corporal.
• Una vez relajado y con la piel preparada para comenzar el recorrido, pasamos a la sala caliente (39º) y baño turco (90º). La acción del vapor y las altas temperaturas contribuyen a la elasticidad e hidratación
de la piel. Los poros se dilatan y comienza la sudoración, lo que facilita la limpieza en profundidad de la epidermis. El vapor, además, favorece la vasodilatación y la eliminación de toxinas.
• Durante el baño el masajista continúa el proceso de relajación mediante masajes relajantes o masajes exfoliantes eliminando las células muertas de la piel y limpiándola de impurezas y toxinas.
• Por último, en la sala fría (17º -18º) se descansa para recuperar la temperatura habitual. La acción del agua fría descongestiona los músculos, activa aún más la circulación y una vez fuera del agua,
el cuerpo queda relajado y con sensación de ligereza en las extremidades.
• Se aconseja hidratar el cuerpo a lo largo de todo el recorrido. En la sala de relajación nos podemos servir un té verde con menta. El té verde tiene propiedades antioxidantes, es hidratante,
estimulante y tomando al día de 4 – 5 tazas, no tiene apenas contraindicaciones.
Tipos de entradas:
- Baño: Libre recorrido por las termas caliente, templada y fría, recreando la estructura del hammam andalusí originario. La sala de vapor cierra el ciclo, que puedes repetir las veces que desees mientras dura la sesión. Entre baño y baño, relájate en la sala de reposo.
- Baño y masaje relajante de 15 minutos: A la tradición del baño árabe se suma un masaje realizado con aceites esenciales que dejan la piel suave y perfumada y que produce una agradable sensación de bienestar. El masaje se aplica lentamente, con una presión
firme y progresiva en la espalda, en las piernas o en ambas zonas con el objetivo de proporcionar una sensación de calma. Al aplicarse con aceites esenciales, hidrata la piel y proporciona una agradable experiencia.