Es un misterio cómo ese hotel ha conseguido 4 estrellas: en comparación con otros hoteles de Europa, sólo sería un 3 estrellas normalito o incluso un 2 estrellas bueno; como 4 estrellas, sin duda es el peor en el que hemos estado jamás (eso debe tenerse para valorar la relación calidad-precio). El trato que nos dieron en la recepción dejó bastante que desear, con recepcionistas realmente maleducados y nada serviciales. Al llegar comentamos que no habíamos estado antes en Bilbao y pedimos un mapa: nos dieron un mini-mapa (incompleto); en otros hoteles en situaciones similares siempre nos habían ofrecido información (al menos la situación del hotel en el mapa), y se habían ofrecido a ayudarnos en lo que necesitáramos, pero en el Zenit no: ni siquiera nos hicieron observar que, en la entrada, hay un espacio con folletos informativos que nos podían interesar (lo descubrimos después por nuestra cuenta). Después, comentamos en recepción, a otra recepcionista, que el mando a distancia del televisor no funcionaba: seguramente era necesario cambiar las pilas, ya que si lo acercabas mucho a la pantalla sí funcionaba pero, claro, así ya no era mando "a distancia". La recepcionista me escuchaba con cara de póquer al decirle que les agradeceríamos que lo solucionaran y dijo que "lo mirarían", pero ni siquiera tomó nota del número de nuestra habitación: como era lógico, en 5 días no se dignaron a cambiar las pilas del mando. Ese tipo de detalles y otros nos parecieron inaceptables, sobre todo si se valora el hotel como un 4 estrellas. Personalmente procuraré no alojarme otra vez en hoteles de la cadena Zenit. La relación calidad-precio no es mala, pero tampoco excelente: normalito tirando a caro teniendo en cuenta el hotel y el servicio (unos 70€ por habitación doblenoche, sólo alojamiento, 5 noches en agosto de 2012, durante Aste Nagusia). La ubicación del hotel no es céntrica, pero está en una calle principal bien comunicada: parada de tranvía justo delante (La Casilla) y también autobuses. La habitación era pequeñita, bastante limpia, aunque con los muebles visiblemente gastados por el uso y algunas manchas en el empapelado de las paredes. No comimos en el hotel, o sea que no podemos opinar sobre ese servicio.