El hotel tiene una excelente ubicación en el centro del pueblo, y las instalaciones en general muy limpias y bonitas. Sin embargo la habitación y el trato del personal de recepción dejó mucho que desear. Íbamos con un bebé y la habitación olía bastante a tabaco, y con el detector de humos tapado con papel. Lo comentamos en recepción y nos dijeron que es lo que hay, que abrieramos las ventanas, y la única solución que nos dieron fue un ambientador...personalmente me parece de poca educación, y más considerando que estaba medio hotel vacío, no nos ofrecieron otra habitación y tuvimos que dormir ahí con la niña y el pestazo a tabaco. A la noche preguntamos qué visitar en los alrededores y nos dieron un mapa y que todo venía ahí. Nos pusieron una toalla llena de manchas marrones con muy mal aspecto, que pudieran ser de oxido...pero que entiendo que deberían limpiar antes, no se pone una toalla así al cliente. Pusieron 2 toallas porque éramos 2 adultos, la niña no paga...y no se ducha? Al final nos secamos los 3 con la misma toalla. Tras hacer el check out el chico de recepción ni me contestó a un simple hasta luego. Mala educación. Me parece que el hotel es muy bonito y está ubicado en una zona con encanto, es una lástima que al frente del mismo se encuentren personas que den ese trato a los clientes. Destacar que la limpieza en el hotel era muy buena.